¿Aceptarte o cambiar?

Cuando alguien comenta que le gustaría cambiar el aspecto de su nariz, acabar con la grasa localizada en su vientre o aumentar el tamaño de sus senos siempre se alza una voz que le dice que lo mejor que podría hacer es aceptarse tal y como es. A poco que se le ofrezca la oportunidad de dar su opinión o incluso sin dársela, esa persona sacará a relucir los beneficios psicológicos de la autoaceptación.

Sin embargo, si alguien reconoce en público que le gustaría mejorar algunos defectos de su carácter y que está trabando, por ejemplo, para ser una persona más comprensiva, más paciente o más ordenada, nadie le dice que no debería de cambiar, sino aceptarse tal y como es ahora porque eso es lo mejor para su realización personal.

¿Por qué nos parece siempre bien que una persona trate de mejorar por dentro pero en algunos casos criticamos duramente a quién trata de mejorar por fuera? La respuesta está en que preocuparse por lo físico se considera superficial y por tanto no necesario. Una enorme hipocresía cuando vivimos en una sociedad en la que el físico es primordial para todo, desde encontrar trabajo hasta conseguir pareja.

Hay aspectos de uno mismo que hay que aceptar porque no pueden ser cambiados. No podemos evitar ser bajos o ser altos pero sí podemos cambiar el hecho de tener papada, una nariz excesivamente prominente o unos senos muy pequeños o excesivamente grandes.

En la Clínica del Dr Lalinde pueden ayudarte a cambiar todos esos aspectos físicos que no te gustan de ti mismo. Tras examinar tu caso te explicarán qué es lo que deberías de hacer, los resultados que puedes esperar de las intervenciones propuestas y también los cuidados que tendrás que realizar tras la operación.

Por desgracia, hay personas que se acercan a una clínica de cirugía estética con perspectivas muy poco realistas sobre lo que allí pueden conseguir. Es tarea de un buen cirujano explicarle qué puede y qué no puede alcanzar con la cirugía estética o negarse a realizar operaciones que pueden suponer riesgo para el paciente.

Pero una persona psicológicamente sana, con perspectivas realistas sobre las operaciones que quiere realizarse, puede obtener muchas ventajas sometiéndose a una intervención que dejará atrás sus complejos y que le otorgará un aspecto más acorde con sus gustos, ganando no solo en la mejora de su físico sino también en su autoestima.

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